sábado, 13 de octubre de 2007

jueves, marzo 01, 2007

El friso de Ludwig van Beethoven

Publicado en "La Naciòn" (Argentina), el 1º de marzo de 2007

Autora: Pola Suàrez Urtubey

Después de pasar más de seis horas en el aeropuerto de Ezeiza para trepar a un vuelo a Madrid (por todo lo que ya sabemos), pocas cosas me habrían resultado más consoladoras que aquella con que me encontré en una de las zonas más atractivas y elegantes de la capital española.


Es que en Castelló 77, sede de la Fundación Juan March, se exponía, entre otros trabajos, la reproducción autorizada, propiedad del Museo Belvedere de Viena, del célebre Friso de Beethoven , obra clave de Gustav Klimt, que el autor presentó en 1902, en la XIV exposición del movimiento Secession. Un movimiento diseñado por Klimt y otros creadores según el concepto wagneriano de la Gesamtkunstwerk, la "obra de arte total", la unión de todas las artes, ambición que fructificaría en Tristán e Isolda , El anillo del nibelungo , Maestros cantores y Parsifal . A comienzos del XX, y con el mismo espíritu, Klimt, desde la pintura, buscaba a través de la Novena de Beethoven la transformación estética de la vida entera, con un arte concebido como "redención", que impregna todos los aspectos de la realidad.


Después de atravesar algunos salones donde se exhibían otros trabajos del mismo autor, arribamos a la gran sala en la que nos esperaba, a manera de introductor, la imponente escultura de Beethoven de Max Klinger, realizada, justamente, en 1902 para esa exposición.

* * *
Conocer la música de la Novena Sinfonía y situarse ante cada uno de los tres paneles, con una longitud de 34 metros en total, es una experiencia fascinante. La primera parte del friso (la pared de la izquierda) es "El anhelo de felicidad", y contiene tres motivos que representan los sufrimientos de la débil humanidad, impulsada por fuerzas interiores a emprender la lucha por ese bien supremo. En el panel central, "Las fuerzas enemigas", se representan los peores peligros de la humanidad, pero también sus esperanzas. Difícil describir aquí el sentido de esta impresionante composición en la que enfermedad, locura, muerte, se agitan en torno del Mal, representado por el gigante Tifeo, contra el que incluso los dioses lucharon en vano. El tercer panel, el de la derecha, significa que "El anhelo de felicidad encuentra su reposo en la poesía". Más exactamente, el pintor se basa en el Himno a la alegría, de Schiller, con el que Beethoven concluye la Novena: "¡Abrazos, millones de seres! Seguramente, hermanos, sobre la bóveda de las estrellas debe habitar un Padre amado..."

* * *

Me interesó la actividad didáctica que los organizadores de la muestra desplegaron en torno del Friso... La propuesta, dirigida a alumnos secundarios, aconsejaba escuchar con calma y atención la música que inspiró a Klimt. "Si no la tienes entre los discos de casa, decía el folleto, solicítala en la biblioteca de tu barrio, cómprala con tus ahorros o pídesela prestada a alguien."


Luego, se lo invitaba a retornar a la exposición con la música en la memoria, para detenerse con un cuaderno y un lápiz delante de cada una de las partes del Friso , tratando de escribir un poema o un relato que refleje las ideas que la unión entre música y pintura pudieran sugerirle: "Déjate llevar por ti mismo -fue el consejo-, y trata de reflejarte en lo que haces. Haz algo muy personal. Y, si al final te gusta lo hecho, puedes compartirlo con nosotros". A través de un mail, claro.

* * *

El vuelo de retorno a Buenos Aires -para mejor, sin demoras- me resultó infinitamente más confortante, pensando que allá, en la Fundación March, algo trascendente podía suceder en el alma de un chaval. Y recordando que también aquí, en la Argentina, tantos maestros se esfuerzan por educar a través de distintas expresiones de la música a nuestros propios chavales.


VOLVER AQUÍ a R:. LOGIA O'HIGGINS 392 - Masonería Argentina

No hay comentarios: