sábado, 13 de octubre de 2007

La situaciòn en la UBA

sábado, junio 24, 2006

La situaciòn en la UBA

Como integrante del Cuerpo Docente de la Universidad de Buenos Aires, en estas últimas jornadas me ha tocado vivir desde adentro la problemática de la designación de un nuevo rector de la misma, panorama que, francamente, aparece como bastante desolador, llamando a la reflexión respecto de la interna política vivida.
En resumen, desde el cese del anterior rector regular de dicha institución, Dr. Guillermo Jaim Etcheverry, se han venido sucediendo una serie de eventos que claramente señalan la existencia de oposiciones violentas a la hora de elegir un sucesor para el mismo.
Así, en ya cinco oportunidades, diversas agrupaciones estudiantiles de corte de izquierda y centro-izquierda liderados por la FUBA con el apoyo de los decanos de diversas facultades (Filosofía, Exactas, Agronomía, Arquitectura, Sociales), Madres de Plaza de Mayo, la agrupación HIJOS, los ex-decanos y candidatos al rectorado Pablo Jacovkis (Exactas) y Fernando Vilella (Agronomía) y partidarios de la candidatura como rector del científico Alberto Kornblihtt (director del Centro de Fisiología, Biología Molecular y Celular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales), empezaron lo que en un principio parecía simplemente una oposición a la designación de Atilio Alterini como rector de la UBA consistentes en actos, proclamas y solicitadas en medios de difusión por haber ejercido Alterini cargos en la Cámara Nacional en lo Comercial, y en la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Ciudad de Buenos Aires durante la última dictadura militar, para luego acompañar ese repudio con una política de choque consistente en, sabiendo las altas posibilidades de que el mismo fuera designado por el actual Consejo Superior, interrumpir los grupos estudiantiles con protestas y manifestaciones las sesiones públicas del mismo en las que se debía resolver en ese sentido, lo cual consiguió frustrarlas parcialmente en cinco oportunidades: 4 de abril, 6 de abril, 18 de abril, 15 de mayo y 31 de mayo.
De esa forma, luego de dos meses y medio de la primera asamblea frustrada, la sucesión de Etcheverry continúa estatutariamente sin definir, ya que desde entonces han sido nombrados ya cuatro vicerrectores a cargo, con el problema de que los mismos carecen de capacidad para tomar decisiones ejecutivas, limitándose sus funciones a las meramente conservativas para asegurar la convocatoria de la Asamblea Universitaria que debería elegir el rector capacitado para una plena dirección de los asuntos universitarios, ya que el estatuto de la UBA sólo prevé los casos de muerte, renuncia, incapacidad, e imposibilidad del rector regular para ejercer sus funciones, pero en ningún momento se previó el caso de acefalía por no poderse designar en tiempo al mismo luego de vencer el plazo de designación del rector, que en el caso de Jaim Etcheverry fue el 7 de mayo.
Desde entonces, las sucesivas frustraciones de asamblea llevaron a la renuncia de Bernardo Dujovne, vicerrector de Etcheverry, a cargo de la UBA desde la finalización del mandato de este último hasta el 15 de mayo, cuando asumió Alfredo Buzzi, decano de Medicina, por ser el decano de más antigüedad, quien, al fallar sus intentos de conciliar al sector alterinista con el de Kornblihtt, terminó renunciando el día 29 de mayo, seis días después de que Alterini renunciara a su candidatura ya que el desgaste que se iba produciendo y la necesidad de resolver la cuestión de la elección del rector lo más pronto posible hizo que un sector importante de sus partidarios le pidieran que declinara su postulación para pacificar el clima, ya que se había creado una polarización en torno a su persona a pesar de que varios importantes personajes como Ernesto Sabato, el Procurador General de la Nación Dr. Esteban Righi, los jueces de la Suprema Corte Eugenio Zaffaroni y Ricardo Lorenzetti, y el ex ministro de Justicia Dr. Ricardo Gil Lavedra, todos militantes de los derechos humanos, y por ende poco sospechosos de apologistas del último gobierno militar, se pronunciaron en apoyo de Alterini, llegando incluso a contar éste con el apoyo de Jaim Etcheverry como protesta frente a la actitud avasallante y antidemocrática de los manifestantes que interrumpían constantemente las sesiones para que éstas no tuvieran el desenlace esperado, esto es la elección de Alterini como rector de la UBA, lo que unió a los ex-alterinistas en torno al ex-decano de Veterinaria Aníbal Franco como sustituto de aquel.
Si bien en principio el siguiente decano más antiguo que debía ocupar la vicerrectoría luego de Buzzi era el propio Alterini como titular de la facultad de Derecho, su renuncia y el clima creado llevó a que finalmente quien sucediera a Buzzi fuera el decano de Farmacia, Alberto Boveris, quien finalmente fue reemplazado por Franco en la sesión del 31 de mayo.
Esta última sesión tuvo la particularidad de que, como el 2 de mayo al intentar copar los estudiantes la sede de Medicina donde se estaba tratando de realizar la Asamblea, hubieron enfrentamientos entre éstos por un lado y el cuerpo de empleados de la facultad y miembros de Franja Morada por el otro, que no los dejaba ingresar, lo que terminó con heridos de ambas partes, la FUBA alegó la existencia de un conato entre Alterini y estos dos grupos para atacarlos, alegando incluso la existencia de miembros de las fuerzas de seguridad infiltrados entre el personal no docente de la Universidad, incidente que llevó al cierre de las sedes de las distintas facultades el día 3 de mayo en protesta por los hechos relatados, lo que agravó más el conflicto al introducir más actores en el mismo.
Así, en la asamblea del 31 de mayo, además de los reclamos para que no ganara la facción de Alterini, ahora en apoyo de Franco, se sumó la exigencia de expulsión a los empleados que agredieran a los manifestantes de la FUBA, lo que impidió sesionar correctamente, por lo que los delegados de la Asamblea pasaron a un cuarto intermedio en un salón contiguo en el que, de repente y con la irregularidad de no haber debate público y hacerse en escasos minutos, se decidió poner cierto fin a la situación designando vicerrector interino a Aníbal Franco, lo que produjo además la protesta por nombramiento irregular y antirreglamentario por cuatro decanos de facultades, Federico Schuster (Ciencias Sociales); Jorge Aliaga (Ciencias Exactas); Hugo Trinchero (Filosofía y Letras); y Jaime Sorín (Arquitectura) además de dos representantes del claustro de estudiantes, el copresidente de la FUBA Martín Bustamante y el delegado estudiantil suplente Agustín Vanella.
A esa situación se agrava el hecho de que, como únicamente el rector regular (que todavía no existe) tiene autoridad para ejecutar el presupuesto y éste actualmente abarca únicamente el período que llega hasta fines del presente mes de junio, a los cuestionamientos y desconocimientos del actual vicerrector interino se suma el interrogante de qué pasará con el futuro de la universidad pública si no se resuelve el problema en breve, dado que entonces, pronto no habrá forma de asignar los recursos necesarios para los sueldos y gastos de la segunda mitad del año, ni siquiera habrá partidas para ello, con los consiguientes roces entre la jefatura de la UBA y el personal no docente y la afectación de los cursos de postgrado e investigación.
Entrando ahora en las consideraciones, cabe indicar que, por un lado, todos los grupos involucrados, al margen de su posición, son miembros integrantes de la vida universitaria, y, mas allá de sus diferencias y de sus puntos en conflicto, son como las baldosas que adornan el piso mosaico del cuadro de grado y del taller.
En ese sentido, si bien en un primer vistazo existe oposición en el color entre las baldosas blancas y negras, una mirada más atenta nos muestra que todas son de un mismo tamaño, todas son de una misma forma, más aún cada una de hecho conforma el borde de la otra y, en definitiva, todas contribuyen, o podrían hacerlo, a la conformación, variedad, riqueza, y belleza final del único piso mosaico de la vida universitaria.
Mirando en ese punto, ambas partes tienen mucho en común, no solo expresan los sentires e ideas de diferentes partes de la comunidad universitaria (docentes, autoridades, alumnos, personal administrativo y de maestranza), sino que también, en general, están unidas en la idea de una proyección de la universidad pública en la vida real del país.
Por una parte, el sector pro-Alterini, con el proyecto Mariano Moreno para un nuevo contrato social argentino, busca impulsar que los actores universitarios y los ciudadanos en general participen en la formulación de un nuevo contrato social para aportar nuevas soluciones que profundicen y enriquezcan la vigencia y la efectividad de la democracia y alimenten de ese modo la vitalidad del tejido social a través de la búsqueda de mayor transparencia y funcionalidad de los poderes del Estado, la integración americana y la formulación de nuevos paradigmas que permitan revitalizar el tejido social con soluciones adecuadas para su mayor desarrollo, sin contar otros trabajos sobre la reformulación de una nueva Ley de Educación Superior que produzca cuadros universitarios aptos para afrontar los nuevos desafíos de la inserción de la Argentina en el mundo, y en el análisis y solución del problema de la deuda externa nacional.
El sector de izquierda, por otra parte, también se presenta proponiendo reformas que aumenten la proporción de estudiantes en el cogobierno de la UBA, actualmente consistente en cinco titulares de dicho claustro en el Consejo Superior con otros tantos suplentes frente a la misma cantidad de representantes de graduados y docentes, más el rector, y el decano de cada una de las 13 facultades, lo que deja a los estudiantes en franca minoría a la hora de pesar en las votaciones, tornando ilusoria la idea de cogobierno de la reforma universitaria de 1918 de dar a todos los sectores participación en la dirección de una universidad autónoma y libre en sus decisiones.
Asimismo, en el claustro docente, únicamente participan de las elecciones los titulares y adjuntos, lo cual deja a los auxiliares docentes y jefes de trabajo práctico fuera de toda decisión, siendo los que, con su presencia cotidiana, sostienen en general la actividad educativa, mayormente en forma ab honorem, proponiéndose desde la FUBA un claustro docente unificado de todos sus integrantes así como la creación de un claustro de trabajadores universitarios, que hasta el presente sólo tienen una representación sindical, pero ninguna participación en el gobierno, lo que produce un nuevo bolsón de falta de representación sectorial en la toma de decisiones que afecta la igualdad de oportunidades en la participación de la conformación de la vida universitaria, en favor de un sistema de privilegios sectoriales que excluye a varias secciones del espectro de la vida universitaria de intervenir activamente en decisiones que afectan su situación, o que los excluye de una representatividad más real del corpus universitario. También propone la FUBA la abolición del costo de los postgrados para facilitar su acceso a profesionales de menores recursos, lo que, si bien puede afectar la calidad de la enseñanza si no se compensa presupuestariamente, no deja de tener su mérito en cuanto a favorecer la igualdad de oportunidades eliminando los escollos de acceso por motivos económicos.
Finalmente, dicho sector propone la elección directa del rector, lo que si bien por un lado favorece una expresión más auténtica de la Voluntad General universitaria en los números, por el peso enorme que tendría la población estudiantil exige un balance cuidadoso de la situación para evitar que un sector aproveche su mayor presencia estudiantil para anular a los otros sectores universitarios antes indicados, con posible afectación de la posibilidad de éstos de intervenir útilmente y ser tenidos en cuenta.
De esa forma, frente a la aparente oposición ideológica y práctica, aparece, luego de un análisis de segundo nivel, una tendencia común hacia el mejoramiento de la vida universitaria, tanto desde su reforma en contenidos y conformación, como en su proyección a la comunidad como herramienta viva de progreso de la sociedad y sus integrantes hacia un mayor desarrollo de su potencial.
En ese aspecto, las baldosas del mosaico universitario ven afectada su posibilidad de actuar por el desgaste y el espíritu de intolerancia, que lleva a un fanatismo ideológico y de partido que demoniza a la otra parte, erosionando así de ambos lados, y con obstaculizaciones mutuas, la posibilidad de una síntesis que, sin abolir las diferencias y en el respeto del derecho de todos los miembros del cuerpo universitario a participar en ese ámbito desde sus convicciones personales, proyecte las diversas fuerzas ahora en conflicto hacia un avance de la situación actual en función de un creciente mejoramiento de la función de la universidad pública como factor no sólo de asenso social individual, sino también de avance de la sociedad argentina hacia un pleno desarrollo de su potencial humano, como un cuadro vivo que se proyecte desde la horizontal del momento actual (disputa por la rectoría), a la vertical de un avance de la universidad pública como factor de oportunidades, cambio y avance en su rol de herramienta imprescindible del progreso social.
Por ello, resulta imperativo a mi entender lograr quebrar el clima de fanatismo partidario que aparece, antes de que la dialéctica de enfrentamiento esterilice todo el rico potencial subyacente, promoviendo para ello la creación de espacios neutrales de encuentro de las diferentes posturas y el favorecimiento de la tolerancia necesaria para encauzar las energías presentes en un acercamiento que las direccione hacia su real voluntad de una universidad pública abierta, democrática y plural, respetuosa de cada integrante, que permita a cada actor y sector involucrado una efectiva colaboración y compromiso según su sano criterio y dentro de un espíritu de fraternidad que haga recordar que, en el fondo, son todos miembros legítimos de la institución en busca de una universidad moderna, adecuada a la realidad presente, y proyectada al futuro con vocación de progreso, universidad que conformamos todos sin excepción como miembros de pleno derecho y a la que todos también amamos y deseamos su avance, faltando simplemente la decisión de sumarnos todos juntos en esa dirección y no perder el tiempo en desgastes que desaprovechan momentos preciosos para la acción útil. Muchas gracias.
[N. de A.: el pasado 21 de junio el Consejo Superior de la UBA ratificò a Franco como vicerractor de la universidad, blanqueando asì las irregularidades que se adjudicaban a su elecciòn del 31 de mayo, eso, apra mì, es bueno en cuanto deja en claro la situaciòn de la conducciòn actual de la UBA, recupera la normalidad institucional y permite que la misma resuelva su situaciòn por si misma, evitando asì mayores riesgos de que la situaciòn se desmadre y se quiera recurrir a una intervenciòn que, por màs buena que pueda parecer a corto plazo, podrìa agravar las tensiones internas en vez de ayudar a que sea la propia universidad la que encuentre una soluciòn desde adentro que le permita salir adelante en vez de emparchar simplemente los conflictos, otra vez, muchas gracias]


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