sábado, 13 de octubre de 2007

lunes, mayo 14, 2007

Argentinos en las primeras logias de Valparaíso

Argentinos en las primeras logias de Valparaíso
1850-1864.

Manuel Romo Sánchez
Publicado en ARCHIVO MASÓNICO
Revista Cuatrimestral Nº 11. Santiago, Chile, 1º marzo 2007

La investigación en fuentes distintas a las tradicionales ha permitido ir despejando dudas, eliminando mitos y completando aspectos desconocidos de la historia masónica nacional, en lo que se refiere al siglo XIX.
Uno de los hechos que permiten ser corregidos es esta afirmación de Benjamín Oviedo, en relación a las primeras iniciaciones efectuadas en la Logia “Unión Fraternal” de Valparaíso: “En 1854, el 31 de julio, era recibido el escritor y político don Jacinto Chacón, y pocos días más tarde se verificaba, con caracteres de una verdadera fiesta masónica, una triple ceremonia de iniciación, que estaba destinada a los postulantes argentinos Mariano E. de Sarratea, Javier Villanueva y Domingo Faustino Sarmiento”1. Esta misma afirmación la repite el autor en otro artículo, años más tarde2.
Nunca existió esta ceremonia colectiva de iniciación, sino que todos ellos vieron la luz masónica en diferentes fechas, aunque el mismo año, según lo revelan los cuadros logiales depositados en la Biblioteca Nacional de Francia.
Como ha sido tradicional, la obra de Benjamín Oviedo fue tomada al pie de la letra por otros autores y el error se fue repitiendo. Así, por ejemplo, Alcibíades Lappas en su magnífica obra biográfica sobre masones argentinos, al referirse a Sarmiento, señala: “Fue iniciado masón en la Logia Unión Fraternal de Valparaíso el 31/7/1854, junto con los argentinos Mariano E. de Sarratea y el doctor Javier Villanueva, y el chileno Jacinto Chacón”. Lo mismo dice al escribir sobre Sarratea.3
A pesar de haber sido transcritos algunos de estos cuadros en 1979, en la obra “Manuel de Lima, Fundador de la Masonería Chilena”, de Günther Böhm4, Julio Sepúlveda Rondanelli en su libro “Pequeño diccionario biográfico masónico”5, sigue usando como fuente a Oviedo para referirse a Villanueva, y vuelve a repetir el conocido párrafo: “El IH.·. Javier Villanueva se inició el 31 de julio de 1854 junto con los argentinos Domingo Faustino Sarmiento y Mariano E. de Sarratea y el chileno Jacinto Chacón”.
Benjamín Oviedo escribió su libro basándose, fundamentalmente, en los artículos publicados en la revista La Verdad, dirigida y redactada por Luis Alberto Navarrete y López, que luego fue Gran Maestro de la Gran Logia de Chile. Respecto al tema que tratamos, la información fue tomada del número correspondiente al 15 de marzo de 1916, titulado “Notas Masónicas”, que decía: “Mientras la Respetable Logia Unión Fraternal Nº 1 funcionó en Valparaíso se iniciaron en ella los siguientes ciudadanos argentinos: Francisco Álvarez de Toledo en 1853, Mariano E. de Sarratea en 1854, Javier Villanueva en 1854, Jacinto Rodríguez Peña en 1855, Domingo Rodríguez Peña en 1855, José Manuel Moreno en 1855, Alberto A. Halbach en 1864, Juan Lavalle en 1864”.6
Ha sido fundamental para la historiografía masónica chilena el saber de la existencia del Fondo Gran Oriente de Francia a fines de la década de 1970. Sus documentos permiten precisar fechas y establecer lo que hay de verdad en afirmaciones como las enunciadas.
Los exilados argentinos de mayor nivel cultural se dedicaron a la abogacía y a la medicina, o ejercieron empleos públicos en Santiago, Valparaíso, Concepción y Copiapó.
La influencia de ellos fue considerable. Si bien todos eran liberales, mayoritariamente se pusieron al servicio de los gobiernos conservadores en Chile, pensando que ya que no era el tiempo de que triunfasen las ideas del liberalismo, ellas debían sobrevivir y demostrar que eran capaces de colaborar en la organización de las instituciones republicanas.
Domingo Faustino Sarmiento decía al respecto: “Necesitamos probar a la América que no era utopía lo que nos hacía sufrir la persecución y que, dada la imperfección de los gobiernos americanos, estábamos dispuestos a aceptarlos como hechos, con ánimo decidido, yo al menos, de inyectarles ideas de progreso”.7

Miguel Valencia
El primer argentino incorporado a la Masonería chilena en el período al que se circunscriben las investigaciones de la revista “Archivo Masónico” (1850-1906), fue el hermano Miguel Valencia.
Se incorporó como miembro fundador de la Logia “L’Etoile du Pacifique”, Taller fundado en el puerto de Valparaíso el 7 de julio de 1850, y en su primera oficialidad, presidida por el Venerable Maestro Jean Baptiste Dubreuil, fue elegido Orador.
En el cuadro que enviaron al Gran Oriente de Francia al año siguiente, se consignaron sus datos: Abogado, Orador del Taller, (grado) Caballero Kadosh. Nacido en Buenos Aires, América del Sur, el 18 de julio de 1806, domiciliado en la calle de la Aduana, Valparaíso. Firmó el cuadro.
Es probable que en 1852 dejara Valparaíso para incorporarse a las luchas que terminaban con el largo gobierno de José Manuel de Rosas, pues deja de aparecer en la documentación recopilada.
Alcibíades Lappas dice que había nacido en 1799, lo que está en contradicción con los datos del Cuadro de L’Etoile. Los demás antecedentes biográficos aportados por Lappas son los siguientes: “Doctorado en jurisprudencia, ejerció su profesión de abogado en la ciudad de Buenos Aires, así como la de traductor público. En 1832 tuvo a su cargo la redacción de ‘El Telégrafo del Comercio’, pero al poco tiempo tuvo que abandonar el país ante la persecución rosista, trasladándose a Brasil, donde dictó diversas cátedras en la ciudad de Río de Janeiro y colaboró en el periodismo. Después de Caseros se reintegró al país reanudando sus actividades en el foro. Miembro de la judicatura, dictó cátedra en la Facultad de Derecho, integró la Academia de Jurisprudencia y, a partir de 1853, formó parte del senado bonaerense. Fue el autor del primer proyecto para la instalación y organización de las municipalidades en la provincia de Buenos Aires. Participó también en la Convención Constituyente que sancionó las reformas de 1860. Eminente orador y filántropo, fue una de las más brillantes personalidades de su época. Iniciado en la masonería por el Dr. Julián Álvarez, actuó masónicamente en Chile, así como en la Logia Capitular Regeneración de Niteroi, Brasil. A su regreso a Buenos Aires es el promotor de la fundación de todas las logias surgidas entre 1853 y 1857. A principios de 1857 creó el denominado ‘Gran Oriente de la Confederación Argentina’, primer intento para agrupar todas las logias existentes en el país bajo la autoridad de una central netamente nacional, siendo electo su primer Gran Maestre. El Supremo Consejo Grado 33º del Brasil, le había otorgado el referido grado. El 16/8/1862 fue admitido como miembro activo del Supremo Consejo grado 33º para la República Argentina”.8

Federico Álvarez de Toledo.
Otro argentino incorporado a la masonería en Valparaíso fue Federico Álvarez de Toledo.
Nacido en Buenos Aires el 10 de mayo de 1826, debió alejarse de Argentina, al iniciarse el largo gobierno de José Manuel de Rosas, para dedicarse al comercio en el puerto de Valparaíso.
En esta ciudad, el 12 septiembre 1850, su compatriota Mariano E. de Sarratea le confirió poder para tratar una contrata de tabaco con la Factoría9 y pronto le otorgó la calidad de apoderado general, pues como tal actúa el 29 marzo 185110. El 28 de mayo de 1852 Mariano E. de Sarratea, a nombre de la sociedad Mariano E. de Sarratea y Cía. le confirió un poder general amplísimo, “para que en ausencia del socio compareciente, represente la mencionada razón en todos sus asuntos, causas y negocios (...)”11.
Era hijo de Joaquín Álvarez de Toledo y de Eugenia Bedoya12. El 14 de octubre de 1853, confirió poder a su hermano Ramón para que vendiese la parte de un “terreno que quedó por fallecimiento de su señor padre Don Joaquín Álvarez de Toledo, cuyo fundo está situado en el fundo llamado Barrancas y en Calle Larga”.13
Fue iniciado en la Logia “L’Etoile du Pacifique”, el 15 de septiembre de 1851, e integró el grupo de fundadores de la Logia “Unión Fraternal”, el 27 de julio de 1853, ocupando el cargo de Orador. Formó parte de la comisión encargada de redactar el Reglamento Particular del Taller14. Aunque en el Cuadro de “Unión Fraternal” correspondiente al 24 de junio de 1855 aparece como dimisionario, en el Cuadro de agosto de ese mismo año y en 1858 se le mantiene activo, pero “ausente”.
Después de la batalla de Caseros regreso a su patria, siendo elegido Diputado en 1858 y luego en 1874. Ocupó diversos puestos de importancia, como Director del Banco de la Provincia de Buenos Aires, del Ferrocarril del Oeste, Senador a la legislatura de Buenos Aires y fue uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina. Fue propietario de dos grandes establecimientos ganaderos y agrícolas, “La María Antonieta” y “Los tres bonetes”.15
En Buenos Aires fue uno de los fundadores de la Logia “Unión del Plata” Nº1, en 1855. El Supremo Consejo del Uruguay le confirió el grado 33º16. “De los primeros miembros del Supremo Consejo de la Argentina es su Tesorero desde 1858 hasta 1861. En la Gran Logia de la Argentina, también Gran Tesorero desde 1857 hasta 1861. La Masonería le comisionó representarla varias veces en el exterior. Siempre se destacó por sus sentimientos filantrópicos y proverbial generosidad”.17
Contrajo matrimonio con Antoinette Faix.
Murió en Buenos Aires, el 16 de agosto de 1923.

Mariano E. de Sarratea.
Como ya se ha visto, Álvarez de Toledo trabajó para la casa de comercio de Mariano E. de Sarratea desde 1850 y como su apoderado general desde el 28 de mayo de 1852.
Es muy probable que haya sido Álvarez de Toledo el que insinuase el nombre de Sarratea en su Taller.
Fue propuesta la iniciación de Mariano E. de Sarratea en la Logia “Unión Fraternal” el 24 de abril de 1854 y su iniciación se hizo el 22 de mayo del mismo año. Obtuvo su segundo grado el 10 de julio y fue aumentado a Maestro el 21 de agosto. En la Oficialidad de ese año ocupó el cargo de Segundo Diácono18. En la siguiente Oficialidad se desempeñó como Orador Adjunto19. Ocupó el puesto de Orador en el período 1858-1859, con el Venerable Maestro Juan de Dios Arlegui. Siguió siendo miembro activo de este Taller y en el Cuadro de 1883 figuró con la calidad de Miembro Honorario, grado 33º.
Mariano Eleuterio de Sarratea era hijo de Mariano Sarratea y Manuela Figueroa20. Nació en Buenos Aires el 18 de abril de 1814, pero debió abandonar esa ciudad en 1841 y se estableció en Valparaíso, dedicándose al comercio. En este puerto chileno contrajo matrimonio con Virginia Herrera, hermana de Emilia Herrera de Toro21. Esta última, de nacionalidad chilena, era llamada “la madre de los argentinos por ser su hacienda y su casa un centro de reunión de los exilados”22. La casa de Mariano E. de Sarratea era el centro de reunión y de tertulia del grupo de los exilados argentinos en Valparaíso. Sarratea enviudó en septiembre de 185823, y contrajo nuevo matrimonio, años más tarde, con Esther de Tezanos Pinto24.
Ferviente patriota y contrario al gobierno de Rosas en Buenos Aires, siguió siempre con pasión los acontecimientos políticos que se vivían en su patria, contribuyendo, en su momento, con obras y con su fortuna a la consolidación de sus ideales en la Argentina. El 6 de diciembre de 1851, a propósito de la exitosa campaña que desarrollaba el general Urquiza en la banda Oriental, le escribía a Domingo Faustino Sarmiento: “Yo y todos los compatriotas nos proponemos regresar a la patria”25.
Dedicado al comercio, como ya se ha dicho, el de 6 marzo de 1851 Mariano E. de Sarratea incorporó a su hermano Juan Martín de Sarratea a sus negocios, formando la sociedad para negocios y consignaciones “Mariano E. de Sarratea y Cía.”. El término de la sociedad se fijó en tres años, a contar del 1º abril 1851, con un capital de sesenta mil pesos, treinta y cinco mil de los cuales los puso Juan Martín, socio comanditario, y el saldo Mariano E., “como socio gestor y de responsabilidad ilimitada en todos sus bienes habidos y por haber”26.
Sus intereses comerciales se extendieron hasta territorio argentino donde volvió a radicarse su hermano poco después de celebrar el contrato de sociedad: El 30 de noviembre de 1858 confirió poder a su hermano Juan Martín, residente en Buenos Aires, para que le representase en su interés como dueño de una sexta parte de la estancia “Sociedad del Río Corrientes”, provincia de Corrientes, Confederación Argentina; y también en la mitad que le había tocado de la “Sociedad Sarratea”, cuya administración estaba a cargo de Juan Martín27.
Figuró entre los socios fundadores de la Cámara de Comercio de Valparaíso28.
Era propietario de una residencia campestre, a la que daba el nombre de “La Gruta”, en Quillota. Un ilustre argentino que le visitó, Héctor F. Varela, escribió desde Viña del Mar el 30 agosto 1871: “Sarratea, que dice que vive muriendo, me invitó a hacer una excursión al cerro de Macaya, con la cual me probó, con su agilidad y soltura de movimientos, que no posee la naturaleza enfermiza que él se adjudica”.29
Como representante diplomático de su patria fue el signatario del pacto Fierro-Sarratea que puso término a las rivalidades chileno-argentinas en 1878. “Fue hábil y caballeroso ministro de la Argentina en Santiago”30. Hacia 1879 presidía la Sociedad del Telégrafo Trasandino.
Murió en Valparaíso el 5 de diciembre de 1886.

Javier Villanueva.
Otro argentino iniciado en “Unión Fraternal” fue Francisco Javier Villanueva, que se hizo llamar siempre Javier Villanueva. Nació en Mendoza, Argentina, el 3 de diciembre de 181031. Hijo de José Villanueva y Josefa Godoy32.
Fue propuesto su ingreso a la Masonería en la Logia “Unión Fraternal” de Valparaíso el 31 de mayo de 1854, y recibió la luz masónica el 19 de junio de ese mismo año. Fue aumentado a segundo grado el 10 de agosto y a tercero el 23 de septiembre. Al año siguiente ocupó el cargo de Hospitalario Adjunto33 y en la Oficialidad 1857-1858, presidida por Juan de Dios Arlegui, desempeñó el puesto de Segundo Vigilante, cargo que volvió a ocupar al año siguiente; en el período 1859-1860 fue Primer Vigilante, puesto en el que se mantuvo hasta que el 19 de junio de 1861 fue elegido Venerable Maestro del Taller.
Obtuvo el grado 18º en el Capítulo “L’Etoile du Pacifique”, el 15 de diciembre de 1861.34
Al constituirse el Consejo de Caballeros Elegidos Kadosch, grado 30º, “L’Etoile du Pacifique et Unión Fraternal” (sic), en Valparaíso, el 25 enero 1862 – que se había fundado el año anterior – fue elegido Caballero de la Elocuencia.
El 24 de mayo de 1862, al crearse la Gran Logia de Chile, fue elegido Primer Gran Celador; y el 4 de julio de 1867, Diputado Gran Maestre35. El 1º de junio de 1868 fue instalado como Diputado Gran Maestre para el siguiente período constitucional de tres años36.
Elegido Gran Maestre37 de la Gran Logia de Chile en la Asamblea General del 12 de julio de 1872, renunció al puesto en septiembre de 1873, tras el rechazo que hizo la Gran Logia de las pretensiones del Supremo Consejo recién creado por Juan de Dios Merino Benavente, en orden a que se le diera autoridad sobre las logias simbólicas. Villanueva se había comprometido con el Supremo Consejo para obtener una resolución diferente: Se le pidió que retirase la renuncia, a lo que se negó, “fundándose en que había jurado, como miembro del Consejo, obtener para éste la supremacía que le negaba la Gran Logia”38.
En ese Supremo Consejo debe haber obtenido el grado 33º con el que aparece en el Cuadro de “Unión Fraternal” Nº 1, de 1877.
Becado por el gobierno argentino había viajado desde Mendoza, su tierra natal, a estudiar medicina en Buenos Aires, el año 1823, en el Colegio de Ciencias Morales. El Protomedicato le otorgó sus diplomas de profesor en medicina y en cirugía el 18 de diciembre de 1833.
“Villanueva llegó a Chile en 1836; venía huyendo de la trágica anarquía cuyana, que asolaba a Mendoza, a San Juan y a San Luis, y a todo lo intermedio poblado (...)”39. Tras su arribo a Valparaíso fue autorizado a ejercer como médico a partir del 24 de abril de 183640. En septiembre de ese mismo año ingresó como médico a la Armada de Chile, en calidad de Cirujano de Escuadra.
Debió embarcarse en seguida, por causa de la expedición contra la Confederación Perú – Boliviana, y participar, por consiguiente, en todas las etapas de la guerra.
Cuando en julio de 1839 la escuadra regresó definitivamente a Valparaíso, le correspondió tomar a su cargo el hospital militar que funcionaba en la llamada “Quinta de Portales”, donde se atendía a más de setecientos enfermos. El 1º de enero de 1840 fue nombrado Médico del Hospital San Juan de Dios en Valparaíso, donde se hizo cargo de la Sala de Nuestra Señora de Purísima, servicio de cirugía de mujeres con 64 camas. Ese mismo año tuvo a su cargo la inspección de los hospitales de Valparaíso.
En 1841, el Gobierno le destinó al Departamento de Marina, ascendiendo el 27 de mayo de 1846 a Cirujano Mayor, puesto en el que permanecería hasta su retiro absoluto.
El año 1848 le correspondió ser el primer médico en realizar una operación quirúrgica con auxilio del cloroformo. El 5 de septiembre de ese mismo año fue nombrado Miembro correspondiente en Valparaíso de la Facultad de Medicina.
El periódico El Diario, de Valparaíso, del 19 de julio de 1858, reprodujo el informe que Villanueva hizo llegar al Intendente de la provincia, sobre la situación en que se encontraba el Hospital de Caridad, en cuanto a estadística médica. Proponía en él, además, crear una policía de prostitución y establecer un reglamento para las prostitutas, como un medio para detener los estragos que hacía la sífilis41. Esta carta la reprodujo también El Mercurio, el 21 de julio. Según Villanueva, tres eran las enfermedades dominantes en Valparaíso: la pulmonía, la Luc Venérea y el reumatismo.
En 1861 comenzó a prestar servicios gratuitos en el Dispensario del Asilo del Salvador, en Valparaíso.
En julio de 1865 presentó a la Municipalidad de Valparaíso un “Informe sobre la peste de viruela”.42
Como muchos médicos, también se dedicó a los negocios. Fue socio fundador de la “Unión Chilena”, compañía mixta de seguros mutuos y a prima fija, contra incendios y riesgos marítimos; accionista del Banco Nacional de Chile, en 1865; y dueño de varios inmuebles.
Durante la guerra contra España se embarcó, en su calidad de Cirujano Mayor del Departamento de Valparaíso, con el Comandante General de la Escuadra Aliada43.
En marzo de 1870 formó parte del Directorio del Telégrafo Trasandino, proyecto que, como ingeniero, dirigía su hijo Julio Villanueva44.
La Intendencia de Valparaíso lo nombró miembro de la Comisión de Higiene Pública en 1876.
Al declararle Chile la guerra a Bolivia y Perú en 1879, Villanueva renunció a sus funciones de Cirujano Mayor de la Marina, pero el Gobierno le destinó a la organización de los servicios navales.
En abril de 1883 renunció al cargo de Médico del Hospital, asumiendo por esa misma época como miembro de la Junta Central de Vacuna.
Falleció el 8 julio 1890 y poco después murió su esposa, Genoveva García y Videla, el 18 de septiembre de 1892.
En su sesión del 24 agosto 1960, la Sociedad Chilena de Historia de la Medicina, acordó solicitar a la Municipalidad de Valparaíso que diera a una de las calles de la ciudad el nombre de “Doctor Francisco J. Villanueva”45.

Domingo Faustino Sarmiento.
Sobre la incorporación de Sarmiento a la Masonería se han tejido algunas fantasías. Félix A. Chaparro creyó que, una vez en Chile, “ingresó en una de las filiales de la Logia Lautarina, que fundaran San Martín y O’Higgins, en cuyo cuadro lógico figuraron ilustres personalidades chilenas y argentinas”46. Este mismo autor refiere que el gobierno de Rosas le acusaba de pertenecer a una logia en Argentina y por esto el gobernante pidió a su homólogo chileno la repatriación del “traidor Domingo Faustino Sarmiento, perteneciente a una logia sanguinaria e infame, (que) sigue conspirando del modo más alevoso e inicuo desde Chile, donde se ha refugiado contra el orden y gobierno de la Confederación Argentina”.47
En realidad, Domingo Faustino Sarmiento fue propuesto en la Logia “Unión Fraternal”, en Valparaíso, Chile, el 6 de junio de 1854 y fue iniciado el día 27 del mismo mes. Con fecha 17 de julio de ese mismo año fue aumentado a segundo grado. Esta fue toda la participación que tuvo el hermano Sarmiento en la Masonería chilena. En los Cuadros posteriores de “Unión Fraternal”, apareció con 2º grado y en calidad de ausente48. Es curioso que no haya obtenido el tercer grado en Chile, pues sabemos que permaneció en el país hasta marzo de 185549, aunque dedicado por
completo a la situación política argentina y sin abandonar Santiago. Cuando emprendió rumbo a su patria lo hizo a través de la Cordillera de los Andes.
Hacer la biografía de este insigne educador y político argentino se aparta de los objetivos de este artículo, pero es necesario bosquejar una breve semblanza.
Nació en San Juan, Argentina, el 15 de febrero de 1811, y fue bautizado como Faustino Valentín, aunque toda su vida fue conocido como Domingo Faustino. Sólo pudo estudiar durante nueve años en la Escuela de la Patria, de su ciudad natal; el resto de su educación se la proporcionó durante breve tiempo un tío sacerdote y el resto, que fue mucho, se lo proporcionó a sí mismo a través de sus lecturas.
Emigró por primera vez a Chile en 1831, tierra donde nació su hija Faustina, fruto de su amor con la chilena María del Canto, y regresó a San Juan en 1836. Volvió a Chile nuevamente en noviembre de 1840, otra vez víctima de las persecuciones políticas. Esta vez se dedicó al periodismo.
“En 1842 el gran sanjuanino inició en Chile su tarea educacional, que ya había practicado en San Juan: por encargo del ministro Manuel Montt organizó la Escuela Normal de Santiago, la primera correspondiente a América Latina. Sarmiento fue su director desde la creación hasta 1845. Durante esos tres años se dedicó a la preparación de maestros, introduciendo métodos nuevos que renovaron la enseñanza”.50
Entre 1845 y 1848 el gobierno chileno lo envió a Europa y a Estados Unidos a completar estudios sobre educación y sobre los problemas de la inmigración y colonización.
De regreso en Chile contrajo matrimonio con Benita Agustina Martínez Pastoriza, coterránea suya, viuda del chileno Domingo Castro y Calvo, y madre de Domingo Fidel, un niño de tres años de edad, al que Domingo Faustino amó como a su propio hijo.
Su esposa era dueña de una finca en el barrio Yungay, de Santiago, lugar donde se instaló el matrimonio y al que llegó la madre de Sarmiento y su hija Faustina. Casó esta última con el francés Julio Belin, a quien asoció el suegro en una imprenta donde editó su periódico La Crónica, nuevos libros y otros tantos folletos. De esta editorial surgió su libro “Educación Popular”, en 1849.51
Al llegar a Chile la noticia del levantamiento de Urquiza contra Rosas en Argentina, Sarmiento regresó de inmediato a su tierra junto con otros compatriotas, entre los cuales destacaba Bartolomé Mitre. Se le confirió el grado de Teniente Coronel y tuvo a su cargo la edición del Boletín del Ejército durante la campaña. Tras la contundente victoria en Caseros, el 3 de febrero de 1852, serias diferencias entre Sarmiento y Urquiza impulsaron a aquel a emprender viaje a Brasil para, desde ahí, embarcarse rumbo a Chile nuevamente, donde permaneció hasta principios de 1855.
“De regreso a la patria, en diciembre de 1855, es uno de los fundadores y primer Orador de la Logia Unión del Plata Nº1”.52
El 21 de junio de 1860 se le confirió el grado 33º junto a otros destacados personeros de la vida pública argentina, como Santiago Derqui, Presidente de la República, y Bartolomé Mitre, Gobernador del Estado de Buenos Aires.53
Enviado por el Gobierno de su patria a desempeñar una misión diplomática en Chile, Perú y Estados Unidos, en 1864, en calidad de Ministro Plenipotenciario, el Supremo Consejo y la Gran Logia le encomendaron su representación para que tomara contacto con el Supremo Consejo y las Grandes Logias de los Estados Unidos de América.54
En 1868 fue elegido Presidente de la República.
Durante el banquete que le ofreció la Masonería con ocasión de este acontecimiento, anunció su alejamiento de la Orden mientras durase su mandato presidencial:
“Llamado por el voto de los pueblos a desempeñar la primera magistratura de una república que es, por mayoría, del culto católico, necesito tranquilizar a los timoratos que ven en nuestra institución una amenaza a sus creencias religiosas”.55
Más adelante agregó: “Llamado a desempeñar altas funciones públicas, ningún relato personal ha de desviarme de los deberes que me son impuestos; simple ciudadano, volveré un día a ayudaros en vuestras filantrópicas tareas, esperando desde ahora que, por los beneficios hechos, habréis de continuar conquistando la estimación pública; y por vuestra abstención de tomar como corporación, parte en las cuestiones políticas o religiosas que ocurriesen, lograréis disipar las preocupaciones de los que por no conocer vuestros estatutos, no os consideran como el más firme apoyo de los buenos gobiernos, el más saludable ejemplo de práctica de las virtudes cristianas y los más caritativos amigos del que sufre”.56
El 18 de abril de 1882 se afilió a la Logia “Obediencia a la Ley” Nº 13.57
En 1882 fue elegido Soberano Gran Comendador y Gran Maestre del Supremo Consejo del grado 33º y Gran Oriente para la República Argentina, cargo que desempeñó hasta 1886.58
“Si bien fue legislador, gobernador de San Juan, diputado y senador nacional, ministro, embajador, general e incluso Presidente de la Nación Argentina, su más grande mérito reside en los esfuerzos que realizó a través del periódico, del libro y de los cargos públicos que desempeñó para difundir la enseñanza, afianzar el orden y propagar todo lo que significase cultura y progreso, desde el ferrocarril y el telégrafo, hasta el fomento de la inmigración, la fundación de escuelas, la creación de bibliotecas, etc. A ese afán suyo de promover la educación se debe la creación que hiciera del Colegio Militar de la Nación, de la Escuela Naval, del Observatorio de Córdoba, de las Escuelas Normales, etc.”59

Otros iniciados.
Benjamín Oviedo, repitiendo lo dicho en el artículo de la revista La Verdad, menciona a otros argentinos iniciados en la primera época de “Unión Fraternal”: “En 1855 llegaron a fortalecer las columnas de la ‘Unión Fraternal’ los nuevos hermanos argentinos Jacinto Rodríguez Peña, Domingo Rodríguez Peña y José Manuel Moreno (...)”60.
Según Alfredo Barahona, en su historia de “Unión Fraternal”, el 16 de agosto de 1854 habrían sido iniciados en la Logia “Jacinto y Domingo Rodríguez Peña y José Manuel Moreno, cuyas vidas y obras imprimieron, también, surcos profundos en los diversos campos que actuaron”61.
Sin embargo, los hermanos Rodríguez Peña no figuran en ninguno de los Cuadros conocidos de la época. En el cuadro del 24 de junio de 1855, únicamente se señala que Jacinto fue propuesto para la iniciación el 19 de marzo de 1855, pero que se encuentra ausente. Moreno tampoco figura en el cuadro de “Unión Fraternal” del 24 de junio de 1855 ni en el de agosto del mismo año.
En la “Liste des membres de la R.·. L. ‘Unión Fraternal’ qui se trouvent, Démissionnaires, absents ou Rayés et qui ne sont pas activs – cotisants”, presentado por ese Taller al Gran Oriente de Francia, con fecha 30 de julio de 1858, sólo aparece Joseph Emmle. Moreno, grado 2º, iniciado en la R. L. y dimisionario. No se indica año de iniciación. Pero no aparecen allí, debiendo estarlo, los hermanos Rodríguez Peña. Y decimos que debieran estar, pues incluso Sarmiento figura en el listado, con calidad de ausente.
Alcibíades Lappas, que no menciona a los hermanos Rodríguez Peña, sólo se refiere a José María Moreno (1835-1882): “Jurisconsulto eminente, catedrático de la Universidad de Buenos Aires, académico, ministro interino de Guerra y Marina, gobernador de la provincia de Buenos Aires, ocupó también la Fiscalía General de Gobierno. Hombre de exquisita cultura y gran elevación moral, su propia vida era una lección de conducta cívica. Iniciado en la Logia Unión Fraternal de Santiago de Chile (sic), afiliose a su regreso a la Logia Tolerancia Nº 4. El 26/8/1859 figura en la L. Unión y Amistad Nº 10”.62
Para terminar, es necesario citar a dos hermanos argentinos iniciados en Valparaíso: Juan Lavalle y Alberto A. Halbach.
Al igual que en los casos anteriores, la fuente original de esta tradición es el artículo publicado en la revista “La Verdad”, del 15 de marzo de 1916. Esta información fue recogida luego por Oviedo, Barahona y Sepúlveda Rondanelli en las obras ya citadas.
Lavalle y Halbach integraban la comitiva que acompañó a Sarmiento, Ministro Plenipotenciario de Argentina, en 1864.
Los dos primeros llegaron a Santiago en enero de ese año63, anticipándose a la llegada del diplomático que no arribó a Santa Rosa de Los Andes, sino hasta el 14 de abril64. Dejaron el país el 2 de octubre, a bordo del vapor “Bogotá”, rumbo al Callao, para participar con la comitiva en el Congreso Americano que se celebraría en Lima65.
No existen documentos que permitan confirmar la iniciación de Lavalle, Secretario de la delegación, y Alberto Halbach, pero es probable que ella haya ocurrido. Se puede suponer que Sarmiento no dejaría de visitar su logia madre en Valparaíso y que sus dos acompañantes fuesen propuestos para la iniciación. Sin embargo, dado que no aparecen en el citado libro de Alcibíades Lappas, no habrían sido masones activos en Argentina.
Extrañará, tal vez, que Juan Bautista Alberdi no se haya integrado a la Masonería en Valparaíso, pero esto se explica por su enemistad con Sarmiento. El mismo Alberdi lo explica en carta que le escribe a Javier Villanueva el 12 de febrero de 1873, al enterarse de que éste ha sido elegido Gran Maestro: “Yo no me hice masón en Chile por no fraternizar con Facundo II. Pero ahora no respondo de no llegar a serlo”.66

NOTAS:
1 Benjamín Oviedo, La Masonería en Chile. Bosquejo histórico. La Colonia, la Independencia, la República. Santiago, Soc. Imp. y Lit. Universo, 1929: 114.
2 Benjamín Oviedo, “Antecedentes históricos sobre la fundación de la Gran Logia de Chile”. En Revista Masónica de Chile, Año XIV, Nº 3, Mayo de 1937: 69.
3 Alcibíades Lappas, La Masonería Argentina a través de sus hombres. Segunda edición. Buenos Aires, Imprenta Belgrano, 1966.
4 Revista “Judaica Iberoamericana” Nº 3, 1979. Santiago, Universidad de Chile, Facultad de Filosofía y Letras. (Hubo edición separada).
5 Santiago, sin datos de editorial, c1983.
6 “Notas Masónicas”. La Verdad, Año VII, Nº 11, Santiago de Chile, 15 de marzo de 1916: 20.
7 Citado por Sol Serrano: “Emigrados argentinos en Chile”. En: Nueva mirada a la historia. Santiago, Edit. Ver, 1996.
8 Alcibíades Lappas, op. cit.
9 Archivo Notarial de Valparaíso (ANV), Vol. 87, f. 342v.
10 ANV, Vol. 91, f. 95.
11 ANV, Vol. 94, f.106v.
12 Vicente Osvaldo Cutolo: Nuevo diccionario biográfico argentino. Buenos Aires, Editorial Elche, 1968.
13 ANV, Vol. 100, f. 318v.
14 Cuadro de Unión Fraternal de 1853 y acta de fundación, del 27 de julio de ese año.
15 Vicente Osvaldo Cutolo, op. cit.
16 Emilio J. Corbiere, La Masonería. Política y sociedades secretas. Buenos Aires, De Bolsillo, 2004: 242.
17 Alcibíades Lappas, op. cit.
18 Cuadro de Unión Fraternal, del 24 junio 1855.
19 Cuadro de Unión Fraternal, agosto 1855.
20 ANV, Vol. 91, f. 124.
21 Virgilio Figueroa, Diccionario Histórico y Biográfico de Chile. Santiago, Imprenta y Litografía La Ilustración, 1897, tomo IV-V: 788.
22 Sol Serrano: “Emigrados argentinos en Chile”. En: Nueva mirada a la historia. Santiago, Edit. Ver, 1996.
23 El Mercurio, Nº 9362, Valparaíso, 10 septiembre 1858.
24 ANV, Vol. 125, f. 73v.
25 La correspondencia de Sarmiento. Primera serie: Tomo I, Años 1838-1854. Compilador Carlos S. A. Segreti. Córdoba (R. A.), 1988: 182.
26 ANV, Vol. 91, f.42.
27 ANV, Vol. 119, f. 738v.
28 Estatutos Cámara de Comercio Valparaíso, 1858.
29 La Patria, Nº 2519, Valparaíso, 20 octubre 1871.
30 Virgilio Figueroa, op. cit.
31 Cuadro de la Logia Unión Fraternal, 1858.
32 Revista de Estudios Históricos, Instituto de Investigaciones Genealógicas, Santiago de Chile, Nº 11 : 230.
33 Cuadro de 24 de junio de 1855.
34 Tableau, 30ª, 31 marzo 1862.- Alcibíades Lappas: “Noticias de los albores de nuestra Masonería Nacional”. En Revista Masónica de Chile, Año XVIII, Nº3-4, mayo-junio 1981: 7.
35 Benjamín Oviedo. La Masonería en Chile: 299.
36 Memoria Anual Gran Logia de Chile, 1868: 2.
37 El título era “Gran Maestre” hasta que fue modificada la Constitución en el siglo XX.
38 Revista La Verdad, Santiago, 15 julio 1922: 68.
39 Alfonso Bulnes: Juan Bautista Alberdi, Epistolario, 1855-1881. Santiago, Editorial Andrés Bello, 1967: 7.
40 El Comercio, Nº 63, Valparaíso, 5 febrero 1859.
41 El Diario, Nº 2202, Valparaíso, 19 julio 1858.
42 La Patria, Nº 671, Valparaíso, 4 octubre 1865.
43 La Patria, Nº 844, Valparaíso, 28 abril 1866.
44 La Patria, Nº 2035, Valparaíso, 22 marzo 1870.
45 Anales Chilenos de Historia de la Medicina, 2º semestre 1960: 200.
46 Félix A. Chaparro, El Logista Sarmiento. Rosario, Librería y Editorial Ruiz (Tipografía Llorden SRL), 1956: 17.
47 Ibídem, p. 19.
48 Cuadro agosto 1855 y Listado 1858.
49 El 10 de marzo de 1855 le escribió a Bartolomé Mitre, desde Santiago: “Yo salgo mañana para San Juan, adonde llegaré el 17. No esperando alcanzar la diligencia que sale de Mendoza el 23, partiré en una extraordinaria el 25 de Mendoza, con dirección al Rosario”. (Correspondencia de Sarmiento, Tomo II, Año 1855-1861. Córdoba (R. A.), 1991: 9.
50 (Natalio J. Pisano), Vigencia de Sarmiento, Cartilla Sarmientina. Comisión Permanente de Homenaje a Sarmiento. Homenaje al prócer en el centenario de su fallecimiento. Buenos Aires, 1988: 7.
51 Ídem.
52 Alcibíades Lappas, op. cit.
53 Félix A. Chaparro, op. cit.
54 Noemí Beatriz Fernández. La Masonería. Origen. Historia. Desarrollo. Estructura. La Masonería en el mundo y en la Argentina. Sarmiento y la Masonería. Investigación y texto de la Museóloga (...), Jefa del Departamento de Museografía del Museo Histórico Sarmiento. Buenos Aires, junio de 1993: 23.
55 Ibídem, p. 25.
56 Ibídem, p. 29.
57 Alcibíades Lappas, op. cit.
58 Alcibíades Lappas, op. cit.
59 Félix A. Chaparro, op. cit.
60 Benjamín Oviedo, La Masonería en Chile: 114.
61 Alfredo Barahona Z., Bosquejo histórico de la Logia Unión Fraternal Nº 1. 1ª época, 1853-1906. (Santiago, Imprenta del Universo, c1845): 23.
62 Alcibíades Lappas, op. cit.
63 La Patria, Nº 151, Valparaíso, 26 enero 1864.
64 La Patria, Nº 219, Valparaíso, 16 abril 1864.
65 La Patria, Nº 362, Valparaíso., 4 octubre 1864.
66 Alfonso Bulnes, op. cit., p. 682.


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